Aprender diferente

Aprender no es algo rígido, no tiene unas normas básicas. Aprender es aprender y se puede conseguir de la forma que queramos. Todo podemos dirigirlo al aprendizaje. No hay una manera mejor o peor, son formas diferentes que funcionan más o menos.

Sin embargo, me parece que la educación en España va cuesta abajo y sin frenos. En un sistema educativo donde lo que importa es siempre una calificación y no un proceso, donde no conocemos a los que nos enseñan y ellos no nos conocen a nosotros. ¿De qué forma podemos conseguir un buen futuro si solo nos importa una nota? 

¿Sabéis algo? Una nota es tan solo un número, no marca tu esfuerzo, no te encasilla. Un número puede cambiar, una experiencia te marca para siempre. Si tan solo pudiéramos conseguir que cada aprendizaje quedase marcado en cada persona, nuestra situación sería muy diferente. Es cierto que puede gustarnos más o menos algún tema y debemos saberlo para nuestro futuro, pero todo se puede llevar a nuestros intereses. Todo está relacionado, solo hay que tener imaginación y saber verlo. 

Estamos obsesionados con la perfección, pero es un gran problema querer ser perfecto porque de los errores es de lo que más se aprende. Equivócate, aprende y no se repetirá porque te ha marcado, porque lo has interiorizado. Esto no solo es posible en niños, también en adultos. Cuando haces algo teniendo ganas de ello  y con pasión, no te cuesta aprenderlo, no te resulta problemático. Y lo más importante, serás mejor en lo que haces porque querrás hacerlo desde el fondo de tu corazón. Esto es lo que llamamos pasión y vocación. Podemos desarrollarlo y potenciarlo siempre. 

Aprender diferente del resto no es aprender mal. Tan solo es aprender. Aunque te sientas solo o sientas presión porque los demás piensen que no es correcto. Lo que importa es cuánto te sirva a ti y cuánta pasión le pongas a lo que haces. Aprender no es sentarse en un pupitre y tomar notas. Aprender es hacer que las cosas que te gusten te enseñen valores, te enseñen otros puntos de vista y te enseñen a comprenderte mejor a tí mismo y al mundo que te rodea. 

Puedes hacer de una simple foto triste y solitaria una enseñanza sobre la realidad actual, puedes darte cuenta que diferente no es sinónimo de malo, sino tan solo eso: diferente.