La verdad del colegio

Por fin he podido vivir mi experiencia en un colegio y me he dado cuenta que no es tan perfecto como parece, que hay cosas que se escapan de tus manos y no puedes hacer nada. 

Es complicado coordinar a tantos profesores que tienen puntos de vista tan diferentes. Siempre hay encontronazos y siempre hay conflictos, aunque se intente llegar a la solución del problema de una forma racional. 

Cuando estás en el colegio te das cuenta de todo lo que deberías haber aprendido en la carrera y no lo has hecho y en todo lo que has aprendido que no te sirve para nada. El planteamiento de la formación de un futuro maestro no creo que sea el adecuado al 100%. Nada te puede preparar para lo que encuentras en un colegio y ahí es donde aprendes realmente. Cada colegio es un mundo, igual que cada persona lo es también. Antes de saber enseñar a los niños debes comprender que el colegio es un mundo con sus propias reglas, que lo componen muchas personas y todas importantes. Nadie es más que nadie en el colegio aunque hayan diferentes puestos dentro de él. Porque sin cada componente del centro, no sería nada y no se conseguiría nada. 

El verdadero aprendizaje no se realiza en un aula tomando apuntes. Realmente aprendes en un colegio, aprendes equivocándote y perdiendo el miedo. Aprendes dándote cuenta de que tu tienes poder para cambiar algo en el futuro, porque cada acto cuenta y cada acto puede cambiar opiniones y situaciones. Ese es el verdadero cambio. Nadie es perfecto y eso lo he aprendido bien, nadie tiene siempre la razón y nadie nace enseñado. Es el camino por el que pasas el que te enseña que jamás dejas de aprender y que jamás debes rendirte, por duro que pueda ser o por frustrante que parezca. 

Ha sido una experiencia más y la primera que ha marcado un antes y un después en mi forma de pensar. Yo he aprendido mucho estando en un colegio y todos y cada uno de los maestro me ha ayudado en algo. Aunque no todo se haga bien, de los errores se aprende y de las experiencias también.